La tecnología como clave para una educación inclusiva
Por Eduardo Jauregui, Co-fundador y CEO de Irisbond
Hoy por hoy, gracias a la tecnología, una escuela más inclusiva es posible. Una escuela donde los niños, con discapacidad o sin ella, convivan y aprendan como iguales porque, en realidad, lo son. La tecnología puede eliminar esas barreras circunstanciales que, hasta ahora, suponían una diferencia. La escuela inclusiva puede ser una realidad para el sistema educativo comprometido con nuestro tiempo. Sólo en España hay alrededor de 4 millones de personas con algún tipo de discapacidad, por ello, fomentar la inclusividad desde la escuela es un asunto que toda la sociedad debe implantar, ya que es el comienzo para normalizar e integrar de manera real a todas las personas, discapacitadas o no. Y es que no se trata de una estrategia para “colocar” a personas en los sistemas y estructuras sociales, se trata de cambiar éstos para hacerlos mejores para todos.
La educación sólo es inclusiva si los niños con discapacidad van a clase con otros niños que no la tengan. De esta forma se percibe -y se vive- como algo normal, algo que llevarán consigo durante el resto de su vida y permitirá que esos niños con discapacidad se conviertan en ciudadanos de pleno derecho, no en cargas para el sistema, independientes y autónomos laboral y socialmente. No verán como algo raro que un compañero de clase necesite de un dispositivo tecnológico para comunicarse o de un apoyo para su movilidad.
Esto no significa que los centros de educación especial deban cerrarse, pues son una pieza fundamental. Pero en muchos casos, como pudiera ser con la parálisis cerebral, síndrome de Rett u otras enfermedades raras, los niños únicamente tienen afectadas sus funciones motoras y no pueden recurrir al habla para comunicarse, pero intelectualmente están plenamente capacitados para seguir la educación reglada. Así, los dispositivos de eye tracking, que desde este mes de enero ya están 100% subvencionados por la sanidad pública, ofrecen una comunicación asistida a través de la cual se controla un dispositivo como un ordenador o una tablet con la mirada para comunicarse gracias a un programa.
Cómo funciona
Fabricado a partir de avanzados algoritmos basados en inteligencia artificial, el software capta el movimiento ocular y lo traduce en movimientos precisos dentro de una pantalla. De esta manera, cualquier persona puede acceder a toda la información de forma natural, intuitiva y sin el uso de las manos, creando una nueva manera de relacionarse con el entorno a través de tecnologías de seguimiento ocular.
La tecnología, al alcance ya de cualquiera que lo necesite, ofrece a estos niños la oportunidad de estar escolarizados en centros educativos ordinarios. Sólo depende de los centros escolares integrarlos.
Esto no es ciencia ficción, es una realidad
De hecho, en nuestro país, ya existen diferentes casos de éxito de niños utilizando estos dispositivos que están escolarizados en centros estándar, estudiando y haciendo sus exámenes como cualquier otro. Si bien, hoy por hoy, son casos excepcionales cuando debería ser la norma no sólo por la integración real de los niños con discapacidad, sino porque es algo positivo para todos. El derecho a la comunicación figura entre los derechos humanos fundamentales, y no podemos negárselo. Hoy ya no, porque la tecnología lo ha hecho posible.