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La Comunicación Aumentativa y Alternativa es un conjunto de estrategias y herramientas que utilizan las personas con necesidades comunicativas complejas para mejorar su día a día.
Es importante entender que:
- La comunicación se da, o puede darse, de diversas maneras. Cuando alguien tiene necesidades complejas o su habla es difícil de entender, es crucial que cuente con acceso a un sistema de comunicación personalizado, adecuado y bien diseñado; que se pueda usar donde sea y con quien sea. Este conjunto de estrategias y tecnología se denomina como Sistema de CAA de una persona.
- La persona parte, o debería hacerlo, de una variedad de herramientas y estrategias para ajustar y satisfacer su situación particular. Esto puede incluir: lenguaje, vocalización, generadores de voz, ordenadores, tablets, smartphones, bolígrafo y papel, libros de comunicación, tableros, lenguaje de signos, gestos, expresiones faciales y la mirada; entre otros.
- Las estrategias de CAA ayudan a que la persona tome parte activa en roles como la interacción interpersonal, el aprendizaje, la educación, actividades sociales, el empleo, el voluntariado o los cuidados.
La comunicación es efectiva cuando la intención y el significado del mensaje transmitido es entendido por otra persona o personas. La forma en que se emite no es tan importante como el hecho de llegar al entendimiento. Expresado de otra manera: la forma es la estrategia y tecnología utilizada, y el entendimiento es el fin. La estrategia y tecnología no son relevantes, pero sí esenciales para alcanzar el objetivo.
Durante las siguientes estrategias es conveniente hablar a menudo al usuario. Sin bombardearle, compartiendo las impresiones, interpretando sus expresiones, mirando lo que mira y contando lo que estáis viendo. Y, sobre todo, hablando sobre lo que muestra interés.
- Estar atentos a cualquier tipo de intención comunicativa. La agitación, el cambio en el tono muscular, expresión facial o la emisión de sonidos; entre otros, deben ser interpretados como signos de comunicación. Por lo tanto, haremos saber que lo hemos entendido y actuar en consecuencia.
- El niño debe estar posicionado correctamente.
- Adaptar nuestro lenguaje al suyo, sin caer en un lenguaje absurdo.
- Pronunciar claramente las palabras que queremos que aprenda a utilizar.
- Dejarle experimentar para comprender y después comunicar.
- Esperar a que tome la iniciativa en la mayoría de las ocasiones.
- Comenzar a generar una estrategia gestual o sonora fija para indicar sí o no. Es importante que el niño pueda realizarlo sin mucha complejidad.
- Comenzar a señalar aquello que se quiere. La conducta de señalar es fundamental.
- Organizar el ambiente de modo que se multipliquen los momentos o situaciones en las que el niño se sienta motivado a comunicar.
Por ejemplo: colocar juguetes inaccesibles, pero visibles; y aumentar todo lo posible la posibilidad de elegir (proponer dos tipos de merienda, dos juguetes, dos lugares, etc.). - Utilizar pictograma por entorno.
- Hablar con otra persona solo con un comunicador.
- Diseñar la actividad con un guión de comunicación.
- Preparar el comunicador de antemano en base a la actividad o entorno.
- Modelar la actividad.
- Todas las estrategias son posibles si organizamos el comunicador para dar voz al juego.
- Utilizar pompas de jabón, plastilina, fotografías, cuentos o jugar al escondite; son siempre estrategias de éxito.
- Utilizando un vocabulario adecuado y ajustado.
- Ofreciendo oportunidades de comunicación en todos los entornos.
- Proporcionando las mejores herramientas de CAA.
- Ajustando la metodología al usuario.
- Haciendo partícipe a la familia (dentro del entorno familiar surgen la mayoría de oportunidades comunicativas).
- El comunicador debe acompañar siempre al usuario, debe tener una salida de voz y ha de ser utilizado por todo el entorno para apoyar el aprendizaje.